Programas de prevención Tabaquismo
Prepararse para dejar de fumar
Escribir en un papel las razones por las cuales se quiere dejar de fumar, el número de intentos previos y las estrategias que funcionaron (y las que no) puede ser de utilidad.
Elaborar un plan. En primer lugar, elegir una fecha para dejar de fumar, preferentemente dentro del próximo mes, y comprometerse a respetarla. Deshacerse de cigarrillos, encendedores, fósforos y ceniceros. También es importante eliminar el olor a tabaco de la ropa, la casa y el auto. No permitir que otros fumen en su casa ni su auto.
Pensar estrategias. Identificar los momentos en los que piensa que tendrá más deseos de fumar y escribir en un papel las estrategias que podría implementar en esas situaciones para evitar hacerlo. El alcohol y el café muchas veces van de la mano del cigarrillo, evítelos. En su lugar, puede beber diferentes tipos de jugo, aguas saborizadas o té. Es normal, propio del síndrome de abstinencia a la nicotina, sentirse de mal humor. También ayuda pensar en acciones diferentes a fumar que lo hagan sentir bien.
Buscar ayuda. Pedir el apoyo de amigos, compaáeros de trabajo y familia. La consulta con el médico también es importante, porque el profesional puede dar pautas para dejar el hébito del cigarrillo.
Apelar a opciones más saludables. Durante los primeros días, tratar de pasar la mayor cantidad de tiempo en lugares públicos en los que estí prohibido fumar. Si extraña tener algo en su boca, puede intentar con palillos de dientes, palitos de canela, apio o chicle sin azúcar. Evitar la tentación permaneciendo alejados de las situaciones asociadas a fumar por placer.
Hacer ejercicio
Probablemente, mientras deja el hábito tenga mucha energóa acumulada. Se recomienda caminar o trotar, andar en bicicleta, patinar, hacer excursiones, nadar, hacer ejercicios aerúbicos, bailar, jugar al Bowling, al fútbol, al tenis, practicar karate, judo o yoga. Poco a poco notará que su capacidad respiratoria se amplía y los ejercicios serán más fáciles de realizar
Comer varias veces al día
Varias comidas en porciones pequeñas en lugar de dos comidas fuertes. Así, se mantienen los niveles de azúcar en sangre constantes, la energía en equilibrio y se previene el deseo de fumar. Evitar los dulces o los condimentos que puedan asociarse al deseo de un cigarrillo.
Anticiparse a las crisis
Pensar en las situaciones que podrían llevarlo a fumar nuevamente y anotar todas las razones importantes por las cuáles decidió dejar el tabaco. Por ejemplo, puede poner una foto de sus hijos o un ser querido en su lugar de trabajo o llevarla encima para recordar estas razones.
Ante una crisis
Respire lenta y rítmicamente para relajarse e imaginarse los pulmones llenos de aire fresco y limpio, libres de humo. Recordar que el deseo de fumar se desvanecerá con el tiempo. Los pensamientos positivos sobre lo maravilloso de haber dejado de fumar y de tener una vida más sana ayudan en estos momentos. En estos casos también contribuye cepillarse los dientes y disfrutar del sabor refrescante o llamar a un amigo, familiar o asesor especializado que lo apoye en esta cruzada. Las rondas breves de ejercicios por ejemplo, tensar y relajar los músculos, hacer lagartijas o sentadillas, subir las escaleras o estirarse hasta tocarse los dedos de los piestambién pueden contribuir a distraer el deseo de fumar.